sábado, 5 de julio de 2008
ENTREVISTA VIRTUAL A ADRIÁN PAENZA DESDE CHICAGO, ESTADOS UNIDOS. "SI UNO PIERDE LA LIBERTAD PARA OPINAR, DEJÓ DE SER PERIODISTA"
Cómo fueron sus inicios laborales? ¿Nació primero el interés por el periodismo deportivo o por las ciencias?
En principio, yo empecé a trabajar como periodista en la Oral Deportiva, con José María Muñoz. Eso fue en Radio Rivadavia en junio del año 1966. Pasaron ya más de 42 años, toda una vida. Lo que sucedió fue que yo ya estaba cursando el segundo año de mi carrera en la licenciatura en matemática, cuando en junio del 66 se produjo el golpe de Onganía y la tristemente célebre noche de Los Bastones Largos. La dictadura militar cerró la Universidad de Buenos Aires, y yo tenía entonces, mucho tiempo libre en mis manos.
Como vivía muy cerca de Radio Rivadavia, lo veía pasar a Muñoz todos los días y le pedía que me tomara una prueba. Creo que si yo hubiera podido jugar al fútbol aceptablemente, como varios de mis amigos del barrio, no hubiera intentado el ‘atajo’ del periodismo, pero como evidentemente no me daba ‘el cuero’, no me quedó más remedio que acercarme al fútbol por otro lado. Y así fue que empecé. Un día, Muñoz (o alguien de su equipo) llamó a la casa de mis padres (yo tenía 17 años recién cumplidos) y me invitaron a pasar por la radio.
Mientras tanto, yo hice el ingreso a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en 1964, mientras cursaba el 5to año del colegio secundario. De manera tal que para poder contestar la pregunta inicial, no tuve un interés ‘inicial’, sino que tuve intereses conjuntos, concomitantes.
Teniendo en cuenta que usted trabajó en numerosos medios de comunicación, ¿sintió algún tipo de presión, de cualquier tipo, a lo largo de su carrera?
Por supuesto. La pregunta puede ser interpretada de diferentes maneras. Hay presiones que son siempre bien recibidas, porque son las presiones del trabajo, la de poder producir algo interesante, atractivo, novedoso, ingenioso. Eso es una presión constante, y en todo caso, es lindo que se genere. De hecho, si no hay presión es que uno no está haciendo nada importante.
Por otro lado, hay una presión que deviene del ‘vivo’, de transmitir algo ‘en vivo’, en televisión por ejemplo, o en la radio. Diferente es en los medios gráficos, pero en la radio, cuando uno abre el micrófono y tiene que improvisar, es una sensación de presión grande, dependiendo de los años de experiencia que uno lleve. Lo mismo cuando se enciende la luz roja de una cámara que indica que uno está ‘en vivo’ hablando ‘al país’.
Más aún: no es lo mismo hablar de fútbol, o de basquetbol, que entrevistar al presidente de la nación. O transmitir un mundial de fútbol o hacer una nota con Maradona en el medio de un caos.
Y para incluir todo lo que intuyo que me pregunta, hay también presiones que producen los dueños de los medios que no quieren que el periodista hable libremente, porque eso puede traerle (eventualmente) problemas con los avisadores o con el poder de turno. Y hay mucha gente que tiene mucho interés en ‘conocer previamente’ qué es lo que se va a decir y/o de qué se va a hablar, una suerte de ‘censura previa’, o no tan ‘suerte de’, sino directamente ‘censura’. Está en el periodista poder tolerarla, rechazarla, denunciarla y en todo caso, entender que si uno pierde la libertad para opinar, dejó de ser periodista.
¿Le ha sido gratificante trabajar en los medios, o se sintió incomodo en alguno de ellos?
No, cada medio es diferente. Tiene distintas exigencias y diferentes reglas. Los cierres en un diario o en una revista, ofrecen una presión diferente que la de un episodio en vivo en la radio o la televisión. Pero también escribir un libro y verlo crecer fue una experiencia que no había vivido antes en ningún otro medio. No me sentí incómodo en ninguno. Aprendí de todo y de todos.
Teniendo en cuenta que su libro Matemática… ¿estás ahí?, ha sido un éxito, con respecto a la aceptación del mismo ¿piensa qué se puede llegar a distintos sectores sociales, e introducirlos en el mundo de las ciencias?
Lo que pasó con el libro (o con la serie de libros “Matemática… ¿estás ahí?” superó todo lo que cualquiera de nosotros hubiera podido imaginar, aún en su fantasía más salvaje. Sería muy presuntuoso de mi parte creer que puede llegar a distintos sectores sociales y que puede ayudar a muchas personas a entrar en el mundo de las ciencias, pero alcanzaría que haya habido una persona que lo haya hecho, que me signifique una caricia en el corazón. De manera tal que si yo dijera que es algo que me propuse, mentiría descaradamente, pero que haya sucedido, escapa a mi comprensión.
En la actualidad, ¿tiene en mente escribir y publicar algún tipo de libro nuevo?
Estoy escribiendo (y espero poder publicar este año, 2008), la cuarta edición de “Matemática… ¿estás ahí?”. Pero además, tengo la expectativa de escribir sobre otros temas en algún momento. Pero no tengo claro cuando ni sobre qué específicamente. Tengo algunas ideas, pero nada que pueda definir. En todo caso, tengo pendiente terminar un libro de Algebra que había empezado y abandoné por la mitad. Allí tengo una asignatura pendiente.
¿Qué piensa con respecto a la Educación en nuestro país?
Esta es una pregunta muy amplia y por lo tanto no sabría cómo contestarla. No es lo mismo la educación que recibe un niño cuyos padres tienen un alto poder adquisitivo, que uno que no. No es la misma educación que recibe alguien que tiene problemas de alimentación que alguien que no. No es lo mismo estudiar en una escuela de la Capital Federal que en una escuela de frontera en Formosa. Con estos ejemplos quiero fundamentar el por qué no puedo contestar en forma educada su pregunta. O mejor dicho, puedo decir: la educación es despareja, injustamente despareja. Para algunos es accesible. Para otros, es imposible.
¿Qué les recomendaría a jóvenes que aspiran a buscar un futuro relacionado con el estudio de las ciencias o el periodismo?
No sé si me puedo permitir recomendarle nada a nadie, pero en todo caso, lo que funciona/funcionó para mí, es tener pasión, dedicación y perseverancia. Y preguntar. Preguntar todo el tiempo, sin pudores. No tener miedo a que el o los otros piensen que uno es tonto porque no entiende. Y la única manera de poder entender, es cuestionando todo lo que hay alrededor. Y dedicarle tiempo. Más aún, tratar de ser ‘el mejor uno mismo que uno sea capaz’. Eso, tratar de ser ‘lo mejor que uno sea capaz de ser’.
¿Qué medios, según sus experiencias, pueden generar una mayor aceptación e inclusión social?
No sé si entiendo bien la pregunta, pero todo el mundo valora mucho la televisión. Y hoy, para aquellos privilegiados que tenemos acceso, la Internet.
¿Tiene en mente proyectos laborales para el futuro? Si es así, ¿serán en nuestro país o en el exterior?
Siempre tengo en mente proyectos. El día que no los tenga, será porque me habré muerto. Proyectos tenemos todos. Pero sí, quiero seguir produciendo, quiero seguir activo y relacionado con la gente. No tiene tanta importancia donde los desarrolle, porque puede ser en la Argentina o en el exterior, porque en definitiva, todo lo que hago tiene una ‘pata’ en nuestro país.
¿Siente que ha tenido influencia en los jóvenes de nuestro país?
Uy, eso sí que no sé contestar. Me parece que la pregunta me queda grande. ¿Puedo pasar?
ENTREVISTA: THOMAS ROCHA, DANIELA RODRÍGUEZ, MAGDALENA CAPOBIANCO, 2º año polimodal
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